martes, 21 de diciembre de 2010

Recuerden, recuerden, el veintiuno de diciembre...

Enhorabuena, felicidades y congratulaciones a todos: la famosa e infame Ley Sinde (incluida en la Ley de Economía Sostenible) ha sido rechazada. Fue votada democráticamente, obteniendo 18 votos a favor y 20 en contra.

Podríamos pensar que ha sido rechazada por falta de acuerdo entre los partidos, o porque el PSOE no ha sido capaz de satisfacer las exigencias de los diversos grupos con los que podía pactar, y en parte ha sido así. Pero el ciudadano español ha tenido mucho que ver, y Anonymous, a su vez, también.

Demostrando su disconformidad desde asociaciones o medios afines, el ciudadano ha mandado un mensaje: "La Ley Sinde no es lo que queremos."

Demostrando nuestra disconformidad atacando directamente a las páginas de los diversos partidos, convocando manifestaciones, informando y concienciando al pueblo, evitando que la desinformación y mentiras del gobierno hicieran mella en la conciencia popular, hemos mandado también un mensaje: "No. No vamos a tolerar la Ley Sinde."

Y lo hemos logrado. Han visto cuan en serio vamos. Hemos frenado su avance: la Ley Sinde está parada. Pero esto no acaba aquí: ahora nos toca avanzar a nosotros. Ahora nos toca proteger la libertad y anonimato en Internet, promover la cultura e ir acabando con las censuras... primero en la Red, luego en todo el mundo. Antaño demostramos ser poderosos aún siendo pocos, pues estábamos informados y teníamos fuerza de voluntad. Hoy hemos demostrado ser inquebrantables, pues somos una gran multitud consciente de qué se mueve a nuestro alrededor.

Sin embargo, aún no ha acabado todo. Fracasaremos si olvidamos, si perdonamos a aquellos que nos han traicionado, aquellos que han vendido al pueblo que les eligió.

Recordad y entended:

Todos somos Anonymous.
Anonymous no olvida.
Anonymous no perdona.

Una vez dicho esto, desde Anonymous queremos dar las gracias a todos los que habeis participado en los diversos DDoS a las páginas de los políticos, habeis mandado sms, mails o cartas a los diputados, habeis asistido a las manifestaciones o concentraciones.

Hoy no nos damos cuenta, y puede parecernos exagerados, pero podemos afirmar sin temor a equivocarnos que de aquí a unos cuantos años el 21 de diciembre de 2010 será recordado como el día en el que el ciudadano se hizo oir y puso a su servicio a los políticos.

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